Hijos de la Tierra
Clan del oso cavernario
25
Goov salió de la cueva, cegado por la luz del sol mañanero, se frotó los ojos y se estiró.
«Mog-ur está envejeciendo, pensaba Goov, al entrar de nuevo en la cueva con una vejiga llena de grasa de oso, nuevas mechas y antorchas de repuesto. Siempre se me olvida lo viejo que es. El viaje hasta aquí le ha cansado mucho, y las ceremonias están acabando con sus fuerzas. Además, todavía nos queda el viaje de regreso. Es curioso, se decía el joven acólito, pero nunca había pensado en él como en un viejo hasta ahora.»
Unos cuántos hombres más salieron